Vivir perdidos en el espacio fue lo último que susurraron esos labios, perdí el momento que acusaba el adiós sin reparo, solo por pensar en que se volvería rutinario.
Sentí el apagón del fuego consumidor que a pasos de gigante envolvía la razón, atándola sin fundamentos a las recónditas estrecheces del sentir, razones bastaban o tal vez no, fue así como procesaba el entorno en ese instante congelado en aquel café céntrico, desde mi percepción, ataviado.
El retorno emblemático a mis raíces adquirió aires particulares a la hora de zafar del entrañable dolor, cuatro paradas hizo el bus a mi retorno, retumbaba en mi mente la idea de esparcir a la deriva los destellos de aquél sentir que procuró adornar el litigio de un ser deslumbrante de alma perdida; no tuve tiempo contenido para cavilar ni expresar todo lo que pasó aquel día lluvioso, fue fugaz, no tome en cuenta que el tiempo fragmentaba las alas del instante que debía entregar mas que el superfluo cotidiano. Así es como esta historia retoma sentido, habiendo comenzado a ser valorada desde una perspectiva errónea y trillada, aclaro en mi contexto que no hubieron culpables, tan sólo encuentros mal concebidos.
Caminaba perdida por suelos saturados de premisas e intermedios entre espacios vacíos de concreto, a pesar del alto contenido de melancolía reinventé el momento prescindiendo de empatía hacia el contexto, es mas, no solía hacerlo, pero todo procuró la chispa que mató el silencio, sin preguntar, no fue necesario, entonces halle la conciencia sumergida al interior de un vacío intermitente lleno de luces que evacuaron junto conmigo los limites que habían sido trazados.
Llegue al final de este camino patentando el retroceso que me condujo a esta exigua delicia, mis sentidos sobreactúan en base al tiempo, sentía que el aire filtraba un reordenado aroma a paz soberana en esto que llamo hogar, lo cual pasó de ser usual a rutinario. El portal de este mundillo reduce mi ser a un punto en un plano subordinado a costumbres y legados, descaradamente propicio encuentros reiterados con la cultura que rondaba hacía mas de una vida alrededor mío. A pesar de la impregnación hogareña los momentos provocativos expresados en roces articulados con el mundo, me otorgaban una dosis diaria de peligro o simplemente de una desviación traidora a los límites ya impuestos.
Un poco de historia vertida en sensaciones revestidas, revisaba mi diario sentir con su ausencia a mis pies, difícil fue creer que no se presentaron trabas, es más, ese ser resultó ser pertinente a la hora de respetar que un juego surgía, y con este sus reglas, yo decidí comenzar, no solo por astucia sino también por locura, saturada de pasos cortos y heridas profundas, entonces cayó la moneda apostada a la deriva, con el acierto teórico convertido en deseo, deseo de cambio de cordura, apropiada para sentimientos alternativos.
Fue entonces que las frases que rondaban el carente aire confabularon atrayendo el reparo de mis alas, listas para el vuelo, despegando a lo más profundo del autoconsumo.
Alhe7
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