17 ene 2013

Para ser feliz

No puedo juzgar sin destapar mis delirios,
esta posición cómoda me arrastra por la oscuridad del mundo.
Pretendo comprender mi actitud hacia la vida,
mientras me brinda el todo en sus manos.
La voluntad es mi referencia de belleza,
armonía que se encuentra flotando a mi alrededor,
no la puedo sentir, pero sé que está ahí,
esperando el regalo de mi resistencia.
Rendirme ante lo que me desdibuja día tras días, 
rendirme ante las verdades que suenan vacías en el ego, 
rendirme ante mi.
Prejuicios levantan la voz, en su eco se refundan, 
sin más, quiero sostenerlos, estrujarlos, ahogarlos,
con las penas malvividas y la inquietud de un mañana.
Este peligro de vivir sin vida,
es una resonante queja de mi espíritu coherente,
envuelta en el decir de unos latidos enmudecidos.
Con una vaga esperanza en la luz,
mis latidos confunden el aire con lo tóxico.
Pero es suficiente por hoy,
el hoy que dura para siempre.
Deshacerme del vacio sólido del daño, 
daño que procuran mis palabras, ideas y miradas.
Sé que nos encontraremos, 
el tiempo y la sabiduría nos presentarán constantemente.
Espero tener la cordura suficiente para desarmarme,
seguir, renunciar y vivir, que buena falta hace.

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